Que haya caminos marcados no significa que tenga que seguirlos, por tanto no sigo ningún camino sino que voy marcando el mío propio. No existen ideas que se adapten del todo a mi pensamiento, ya que este es totalmente libre y, para mi, puro. Yo no creo en milagros, ni en panes y peces que se multiplican solos; yo creo en mi, en mi capacidad de solucionar las cosas a mi propia manera, en mi compleja sencillez, en mi forma de ser imposible de intuir. Si escribo esto es porque no voy a callar, es porque me gusta expresarme y más defenderme a mi misma. Es porque me canso de escuchar tonterías y, me respetéis o no, yo voy a gritar lo más alto posible y voy a alzar mi propia bandera. No me conformo con lo que no me gusta, por eso lucho contra ello. Lucho sin violencia, porque la única violencia que me afecta es la mental, pero desde el punto de vista natural nada está por encima de mi (ni por debajo) y por eso lo defiendo, para que os deis cuenta de que vivimos en una mentira estructural. Ya sé que con este pequeño texto no cambiaré nada, pero me siento mejor y espero que, aunque nunca del todo, alguien me comprenda y se una a mi, a seguir en la constante lucha que algún día tendrá resultado.
Mejor morir luchando, que vivir muriendo.
