Hoy no es un buen día
mañana tampoco lo será
ni pasado mañana
ni al siguiente
ni al próximo
Todo sigue igual
y para colmo
huele a día gris
a ensalada sin sal
a ducha de agua fría
a mentira
Hoy no es un buen día
mañana tampoco lo será
ni pasado mañana
ni al siguiente
ni al próximo
Todo sigue igual
y para colmo
huele a día gris
a ensalada sin sal
a ducha de agua fría
a mentira
Benditas sean las alarmas que no suenan. Podría quedarme en casa hoy y no ir a clase, total, es evidente que voy a llegar tarde. O podría darme prisa. Escojo la última opción.
Gracias a estas alarmas me desvivo por llegar a tiempo. Lo más curioso es que llego antes al instituto que los días que me despiertan cuando deben hacerlo. Eso me recuerda que puedo hasta con el tiempo, y que una tontería así debería ser suficiente para convencerme a mí misma de que las cosas nunca son tan evidentes como parecen.