Blanca Navidad sin blanca.

La Navidad no existe, es un invento, es una época más del año y lo único especial que tiene es que juegas a esa lotería injusta, te rascan el bolsillo como a un imbécil mientras te llenas la cabeza de ilusiones estúpidas e improbables. Pero ¡qué bonitas están las calles adornadas! Hacen que te fijes menos en los que duermen entre la nieve; o más, pues todas las luces que tiene la calle las paga también su bolsillo, vacío, como algunas cabezas. Adornos es lo que sobra cuando hay tanto hambre en cerebros ricos y tanto poder en los cerebros más pobres.

Quédate con lo mejor.

No hay peor persona que la que intenta destruir tus sueños, la que juega con tus ilusiones de la manera más sucia. Pero tampoco hay mejor persona que la que te regala un poquito de su tiempo y hace que te olvides de todo por unos momentos; no hay mejor amigo que el que te enseña que las ilusiones van y vienen y lo mejor es el preciso instante en el que las ves venir.

La excepción que confirma la regla, una vez más.

Seamos sinceros, lo que queremos dejamos de quererlo en cuanto lo tenemos; lo que es para siempre, siempre termina; lo que guardamos se pierde; lo que buscas no lo encuentras; lo que tiras acaba haciéndote falta; las manchas se terminan quitando; la distancia enfría las amistades;  lo inolvidable siempre se olvida, y lo que nos gusta acaba por cansarnos.

Pero ahí estás tú, la excepción que confirma la regla, una vez más en mi vida.