No hay peor persona que la que intenta destruir tus sueños, la que juega con tus ilusiones de la manera más sucia. Pero tampoco hay mejor persona que la que te regala un poquito de su tiempo y hace que te olvides de todo por unos momentos; no hay mejor amigo que el que te enseña que las ilusiones van y vienen y lo mejor es el preciso instante en el que las ves venir.