Cualquier cosa sería imposible si todo se recordase, incluso la vida misma. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse. De aquí el título de esta entrada, "el valor de las cosas es la importancia que tú quieras darle", porque, es verdad, hay cosas que inevitablemente son importantes para uno mismo, pero también hay que saber concienciarnos en olvidar aquello que nos hace mal. Mientras tanto no te pares, no seas tan pesimista (esto va por aquellos que dicen "prefiero pensar que todo va a salir mal para llevarme una sorpresa, que ilusionarme con que va a salir bien y decepcionarme"), quedan muchas cosas por vivir, mucho camino por recorrer, muchas sonrisas que regalar. Vuelvo a decir lo mismo de siempre, me encanta esta frase: Si tiene solución, ¿para qué preocuparse? Y si no la tiene, ¿para qué preocuparse?
sábado, 13 de abril de 2013
El valor de las cosas es la importancia que tú quieras darle.
Cualquier cosa sería imposible si todo se recordase, incluso la vida misma. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse. De aquí el título de esta entrada, "el valor de las cosas es la importancia que tú quieras darle", porque, es verdad, hay cosas que inevitablemente son importantes para uno mismo, pero también hay que saber concienciarnos en olvidar aquello que nos hace mal. Mientras tanto no te pares, no seas tan pesimista (esto va por aquellos que dicen "prefiero pensar que todo va a salir mal para llevarme una sorpresa, que ilusionarme con que va a salir bien y decepcionarme"), quedan muchas cosas por vivir, mucho camino por recorrer, muchas sonrisas que regalar. Vuelvo a decir lo mismo de siempre, me encanta esta frase: Si tiene solución, ¿para qué preocuparse? Y si no la tiene, ¿para qué preocuparse?
