Abrid los ojos.

Cierra los ojos. ¿Qué ves? ¿Nada? Exacto. No ves nada porque tienes los ojos cerrados. Ábrelos. La gente suele vivir con los ojos cerrados, no ven ni lo que se imaginan sino lo que les hacen imaginar, no ven la realidad, no ven que les oprimen, que hay unos cuantos que se ríen de ellos subidos en un montón de billetes, que juegan con las monedas a las tres en raya y luego las tiran al suelo, que hacen confeti con sus billetes porque les sobran (perdón, con TUS billetes), que a veces hasta les pisan, que les escupen en silencio para que no se enteren, que les convencen de que tienen que conformarse con la vida que Dios les ha regalado, que les echan a un lado. No ven que esa gente tiene muchas más oportunidades que ellos... Gente que les sonríe mientras les roba la cartera, gente que les explota y que les subestima, que les tacha como inferiores, que les exprime como se exprime a una naranja para beberse ellos el zumo y dejarles a ellos la cáscara. Unos se llaman políticos, otros empresarios, curas, burgueses en general, que miran antes a los bolsillos que a la cara. Abrid los ojos joder, que se están riendo de nosotros.