Música

jueves, 13 de febrero de 2014

Esto es lo que queda.

Mi inocencia murió como todas las inocencias mueren. Me encontré a mi misma, dejé atrás la ignorancia y alguien me ayudó a orientarme. Es difícil salir ileso cuando una parte de ti se esfuma con el humo de otro cigarrillo que no es el tuyo.
En realidad nadie sale ileso, es imposible.
Me preguntaba por qué aquella vez me pasó esto y por qué con los demás no. Bueno, es que no tiene comparación. Nadie me ha llenado desde la última vez que le vi. Supongo que me quedé con él por la de cosas que aprendí de él, y ahora escribo por las que me quedaron por aprender.
La gente me aconseja que viva la vida, y lo hago porque la aprecio mucho, pero si vivirla "al máximo" supone despedirme de él para siempre, entonces la odio.
A pesar de todo el asco que me da estar así tengo que seguir con mi soledad, con una marte de mi soledad, la parte de mi que me queda, la que me recuerda a ti, porque la que me recuerda a mi te la llevaste tú, y a saber si aún existe o murió ahogada en quintos de cerveza, como mi inocencia, como, tal vez, mi esencia.

Recuerda.

Todo lo que hagas en esta vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas, porque nadie más lo hará por ti.