Música

sábado, 21 de abril de 2012

Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar.


Muchos hablan de que el destino está escrito, que toda tu vida es un camino que ya está marcado.
Cuando llegan los momentos malos, nos limitamos a llorar, a lamentarnos, a insultar a la vida, a maldecir todo lo que se nos pase por la cabeza. Cuando hay algo de nosotros mismos que no nos gusta, decimos que somos así y que, aunque lo odiamos, no podemos cambiar. Cuando algo nos sale mal, nos da rabia y nos ponemos tristes, malhumorados y nunca nos conformamos con nada. Dicen que todas esas cosas son el destino, y que si algo sale mal es porque algo bueno viene después.
Bien, pues ahora voy yo y digo que todo eso del destino es mentira. La vida no es ningún camino. A lo mejor hay caminos marcados pero no por eso hay que seguirlos. La vida es aquello que nosotros vamos creando a medida que pasa el tiempo. Todo lo que nos pasa, los malos momentos, nuestra personalidad o forma de ser, lo que hacemos bien y lo que hacemos mal, todo lo hacemos nosotros. La vida no elige ningún sendero por el que llevarnos ni está destinada a tener un final siempre feliz. La vida nos lleva por el sendero que TÚ elijas. Tú y solo tú eres el que manejas tu vida. Todo lo que nos pasa es por nuestras acciones. ¿Que van mal? Haz algo al respecto. No es que toque sufrir, es que algo has echo para estar así. No te lo permitas. Tampoco es que toque ser feliz, es que tú estás haciendo algo para serlo. EL CAMINO LO MARCAS TÚ.

Recuerda.

Todo lo que hagas en esta vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas, porque nadie más lo hará por ti.