Música

sábado, 25 de agosto de 2012

Me da vértigo el punto muerto, y la marcha atrás; vivir en los atascos. Los frenos automáticos y el olor a gasóil. Me angustia el cruce de miradas, la doble dirección de las palabras y el obsceno guiar de los semáforos. Me arruinan las prisas, y las faltas de estilo. El paso obligatorio, las tardes de Domingo, y hasta la linea recta; y me enervan los que no tienen dudas y aquelllos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera. Cansa tanto tráfico y tanto sin-sentido parado frente al mar mientras el mundo gira.
Odio como me hablas y también tu aspecto. No soporto que lleves mi coche ni que me mires así. Aborrezco esas botas que llevas y que leas mi pensamiento. Me repugna tanto lo que siento que hasta me salen las rimas. Odio que me mientas y que tengas razón, odio que alegres mi corazón, pero aún más que me hagas llorar. Odio no tenerte cerca y que no me hayas llamado. Pero sobre todo odio no poder odiarte porque no te odio ni siquiera un poco, nada en absoluto.

Recuerda.

Todo lo que hagas en esta vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas, porque nadie más lo hará por ti.